Víveres y Artillería en Cóporo.




Artículo 7 Constitucional 

Víveres y Artillería en Cóporo, con qué Contaban los Insurgentes a la Capitulación. 

Por Víctor Daniel Nateras Espinoza. 

     Las precarias condiciones que tenían los insurgentes en el Fuerte de Cóporo, fueron la razón principal por la cual la comandancia general de Cóporo, capítulo frente a los realistas representados por D. Matías Martín de Aguirre; en ese momento las fuerzas de Ramón Rayón, se encontraban en la total orfandad ya qué Ignacio López Rayón, había abandonado Cóporo llevándose consigo caballos, artillería, víveres y hombres; haciendo caso omiso a las súplicas de su hermano Ramón para que permaneciera en la fortaleza, el desinterés de Ignacio por seguir en ése lugar, ocasionó que los insurgentes de Cóporo perdieran fuerzas tanto de hombres como caballos y artillería; esa desgracia fue favorable para los realistas, porque al final lograron que triunfará la empresa que habían emprendido desde marzo de 1815, después de aquella inolvidable derrota de Agustín de Iturbide y Ciriaco, cuando trataron tomar por asalto la fortaleza de Cóporo, de la cual obtuvieron la derrota más cruel y cruenta. 

Los insurgentes al verse sitiados por los realistas ya que éstos tenían el control de todos los caminos para llegar a Cóporo, razón suficiente qué no les permitía qué los insurgentes que no se encontraban en el fuerte les hicieran llegar víveres y municiones, condición totalmente adversa qué los obligó a tomar el acuerdo para capitular ya que estaba en riesgo la vida de los héroes insurgentes que siempre lucharon para defender la causa de independencia desde la fortaleza de Cóporo; el interés del Gobierno realista de México, para ese entonces ya era superior por tomar Cóporo, por la cual invirtieron muchas sumas de dinero en destruir las obras de fortificación las cuales estaban hechas de cal y canto, así como en cegar el ojo de agua; el 2 de enero 1817 se firmó la Capitulación. Cuando los españoles ingresan a Cóporo, encontraron: Cañones desde el calibre de á cinco pulgadas, dos; de a siete, dos, de artillería contaban con la siguiente dotación: más de doscientos tiros de bala raza y metralla cada uno; Granadas entre cargadas y vacías más de cien; Tiros de fusil, más de doscientos mil. Pólvora en granel, más de siete arrobas (79.37 kilogramos). Azufre, más de mil arrobas (11.339 kilogramos). Salitre, más de quinientas (5,669.5 kilogramos). Mucho acopio de material de bronce, estaño, balas sueltas para fundición, con los hornos y oficinas corrientes. 

Contaban con los siguientes víveres: quince arrobas (170.09 kilogramos), de sesina (sic) picada por no permitir el clima su conservación. Arroz, diez y siete carga, desalentado. Sal, ninguna. Harina, ninguna, y maíz ninguno. 

Los españoles al ver la escasez de víveres, tuvieron que ingresar víveres para el día y noche siguiente, se comenta que de haber capitulado en aquel momento, el día siguiente la tropa había abandonado Cóporo por la falta de recuerdos en que vivían. 

Al concluir la Capitulación, el Sr. Ramón con su numerosa familia, tomó en arrendamiento la hacienda de San Miguel Ocurio, se comenta que él mismo Matías Martín de Aguirre, contribuyó con el interesado para que le diera la hacienda a Ramón, por la pobreza en se encontraba, ahí vivió hasta que se vio obligado a entrar con su familia en Zitácuaro, formando para su resguardo una compañía de cuarenta hombres. 

Matías Martín de Aguirre, narra en su carta que extendió a solicitud de Ramón Rayón, el día 8 de noviembre de 1823, en Matehuala; qué Ramón nunca denunció a persona alguna de las que conocía y debía conocer, ni de las que a sus órdenes habían servido a la causa de la independencia, por el contrario siempre imploró y defendió a cuantos pudo. 

En la misma misiva Aguirre refiere, que ha oído decir que por cantidad de pesos Ramón le entregó el fuerte, su respuesta es que es falso lo que se diga sobre el particular, y que lo pueden comprobar los ciudadanos Joaquín Parres, que era su secretario, y Joaquín Pavía, tesorero de su división. 

También refiere en su carta, qué la Capitulación de Cóporo nada le costó por regalía al gobierno que entonces regía; dice que después de concluido el convenio, gratificó al oficial primero, con un corto plantío de caña para que pagase un pico que debía (que le parecía que a D. Ignacio Izazaga, o a D. Ignacio Urbiz en tierra de Laureles, o de Orocutin, con conocimiento del dueño de la hacienda). Matías Martín de Aguirre, termina su carta diciendo: "Todo lo expuesto es verdad, bajo mi palabra de honor, y lo estiendo (sic), a petición del interesado para lo que le pueda convenir".

Don Ramón Rayón no sólo hizo uso de ese documento para sincerarse en el concepto público, sino que además presentó a la junta de premios un crecido número de certificaciones de varios ayuntamientos por donde transitó, o permaneció cuándo mandaba una división. 

Ramón Rayón fue reconocido por el gobierno realista, por su férrea defensa que hizo en Cóporo a favor de la causa insurgente, reconociendo también su patriotismo con dejar sacrificar a su hermano D. Francisco Rayón, que fue tomado preso por el comandante Matías de Aguirre, quién le ofreció libertarlo con tal de que sucumbiera a la fea nota del indulto, cuya repulsa causó el fusilamiento del citado D. Francisco. 

Por toda esa conducta intachable a favor de la causa de la Independencia, el gobierno realista lo nombra brigadier D. Ramón Rayón, por sus servicios en la época del año de 10, con arreglo al soberano decreto de la materia, y con presencia de la capitulación de Cóporo. 

Ramón Rayón, fue perseguido por las partidas que quedaban en el distrito de la provincia, pertenecientes antes a su mando; cabe aclarar que Ramón nunca tomó partido en las armas españolas; debido a las carencias en que se encontraba su familia aceptó el nombramiento de capitán con que desde antes se le había brindado, recibiendolo más bien para proporcionar la subsistencia a su familia, y proteger a los prisioneros y pueblos, que no para dañar al partido liberal, por el cual se resolvió tan pronto como se juró en Iguala. 

Es Cuanto. 


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